viernes, 29 de junio de 2012

¿Por qué, tristemente, va a ganar Peña Nieto?

A unos pocos días de que tenga lugar la votación para elegir al presidente que gobernará este país durante el periodo 2012-2018, ya todos sabemos que el ganador será el candidato del PRI. Lo sorprendente sería que no ganara y que la izquierda tuviera por fin una oportunidad para demostrarnos de qué es capaz. Sorprendente es también que, dadas las condiciones del país, una parte de los votantes mantenga el entusiasmo y la esperanza suficientes para pensar en una derrota del PRI. 


¿Por qué los intelectuales más sesudos están tan convencidos de que el PRI ya ganó? (Luis Villoro, Lorenzo Meyer, Sergio Aguayo, entre otros a cuya opinión yo, humildemente, me uno). Porque son realistas, porque recurren a la razón y a los datos duros.

  • Más de 50 millones de pobres que, desde luego, tienen otras cosas más inmediatas por las cuales preocuparse. Y muchos de ellos ven con buenos ojos a Peña Nieto. Se ve bien y promete cosas.
  • Un país desinformado (en buena parte porque así lo quiere el oligopolio de los medios y las empresas. En otra, también, porque así lo quieren los propios ciudadanos)
  • Corrupción. La corrupción está en la estructura misma de la nación y tiene todas las formas, desde la más burda hasta la más sutil. La corrupción no es un hecho, sino un caldo de cultivo que permite la emergencia de cualquier irregularidad, a cualquier nivel. Somos un pueblo en el que cometer un acto de corrupción es algo natural y común. Es lo normal. Somos moralmente mezquinos, y es por eso que buena parte de los votantes permitirán la llegada del PRI (votando por él o vendiéndole su voto), porque el PRI "roba pero deja robar". Robar es lo normal, robar, engañar, abusar, defraudar, todo eso es tan natural que ni siquiera se cuestiona. 
  • Narcotráfico. El narcotráfico dictará a muchos ciudadanos por quién votar. Este punto no necesita desarrollo.
  • Favoritismos (que es la forma de corrupción de las élites de poder) ¿Hace falta mencionar, a estas alturas, que Peña Nieto ha estado claramente favorecido por medios, políticos y empresarios, de formas legales e ilegales? ¿de verdad? ¿hace falta recordar que, en su momento, así lo estuvo Calderón y que ello determinó su victoria?
En resumen. El IFE es moderno, complejo y caro (su presupuesto para llevar a cabo la elección es de más de 4 mil millones de pesos). Pretendemos que por tener este tipo de instituciones ya somos un país civilizado, moderno, plural y democrático. No lo somos, (claro, tampoco somos Cuba). La democracia no es jugar a la competencia cuando desde el inicio hay un ganador virtual (como ocurre en este caso. Y, por cierto, durante el porfiriato no era muy distinto). La democracia requiere ciudadanos libres y los mexicanos no lo son (una buena parte, una parte de nosotros está muy informada, pero no la mayoría). Claro, no vivimos presos, subyugados o amenzados (algunos, donde gobierna el narco sí viven así) pero no hay libertad de pensamiento porque no hay educación y estamos demasiado coaccionados por quienes ostentan el poder. Donde gobiernan la pobreza y la ignorancia no se puede ser libre, y la pobreza de México es amplia y diversa: es material, es moral y es intelectual, por decir lo menos. Con estas condiciones ¿cabe la esperanza de que pueda no ganar el PRI? -causa, símbolo y destino de todos esos males-. Estoy seguro de que no. Vaya, ni siquiera hace falta un fraude. La mayoría va a votar por Peña Nieto. Informados o no. Ignorantes, pobres, ilusos, manipulados, comprados, amenazados o nada de lo anterior. Lo van a elegir. Y soy el primero en lamentarlo.